ROBLE - Quercus Robur y Quercus Petraea




Características




Plantación y cultivo




Recolección

Aunque las hojas, las bellotas y las agallas del roble son medicinales, hoy día prácticamente se recoge sólo la brillante corteza de las ramas jóvenes. La corteza joven, sin algas ni líquenes, se arranca fácilmente en primavera, para secarla a continuación.



Propiedades




Usos

Se recomienda una infusión de la corteza en gargarismo para las infecciones de la boca, la garganta y las encías. También se han usado las infusiones de corteza para tratar inflamaciones del tejido mucoso del sistema gastrointestinal, la diarrea aguda, la disentería, la enuresis, las hemorragias en los sistemas urinario y gastrointestinal y la hipermenorrea.

Un puñado de corteza hervido en un litro de leche es un antídoto excelente para la ingestión de bayas venenosas, setas y estricnina. Sin embargo, el té fuerte de roble perturba el estómago y esta planta no deberían tomarla los que padecen de nervios en el intestino, riñones inflamados o hígados distendidos.

Toda la planta es rica en taninos catequinos, los cuales presentan propiedades antisépticas, estípticas y antiinflamatorias.
El roble se muestra activo asimismo contra las bacterias zimógenas, y se ha utilizado como sustituto de la quinina para aliviar la malaria.

Las bellotas, pulverizadas y tostadas, dan un sustituto del café que se ha utilizado como remedio casero para los órganos digestivos débiles, la anemia, los nervios y la tuberculosis.
La corteza pulverizada puede aspirarse para detener hemorragias nasales.

En baño, las infusiones reiteradas de las hojas o de la corteza atemperan la excesiva sudoración de los pies, las llagas producidas por estar en la cama, las irritaciones de la piel y las hemorragias de menor importancia.
Los baños calientes con una decocción de la corteza alivian las hemorroides, las úlceras, el eczema crónico, los sabañones y los problemas vaginales.



Preparación




Curiosidades




Usos mágicos tradicionales

Siendo el árbol más grande de Europa, el roble simboliza la fertilidad, la persistencia y la vida eterna.
De los gigantescos robles antiguos se creía que eran coetáneos de la creación del mundo y que ofrecían protección contra los rayos.

Los israelitas y todos los pueblos europeos realizaron alguna vez sus ritos religiosos a la sombra de grandes robles o en robledales.
Los misioneros cristianos libraron una dura batalla contra estos árboles sagrados que, con frecuencia, estaban asociados a las deidades paganas del trueno, el cielo y la lluvia.

Sin embargo, el roble retuvo esa importancia mucho depués de que Europa quedara cristianizada.
Santa Columba y otros santos irlandeses tomaron el árbol como propio. Los robles medievales sirvieron de lindes territoriales y los reyes ingleses plantaban un roble en el momento de su coronación.

La hoja y la flor del roble están reproducidas en las iglesias medievales con exquisitas belleza y fidelidad.
El roble se utilizaba para tallar imágenes religiosas y las bellotas se colocaban en las manos de los difuntos a punto de ser enterrados. Los ataudes se hacían de roble y los enterradores llevaban pértigas de roble.

Todos los años se celebraban procesiones a los robles sagrados.
Se decía que el mundo de las hadas moraba en las raíces de los robles, y se creía que Juana de Arco había recibido su espada y su estandarte de un hada que habitaba en un roble.


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