Las infusiones de los frutos del cardo lechero (conocido también como cardo mariano) se han utilizado como remedio casero para las afecciones digestivas y pectorales menores, el edema, la ictericia, la leucorrea y como purificador de la sangre.
Los frutos sirven para tratar la ciática y el esputo con sangre, y la tos y el vómito de sangre en los casos en los que éstos sean síntomas de afecciones del hígado y del bazo.
Estimulan también la vesícula y aplacan el cólico por piedras en la vesícula.
La planta contiene silimarina, que protege el hígado de las infecciones como la hepatitis viral y ayuda a regenerar los hígados dañados y a estimular la producción de células hepáticas.
Los frutos machacados también se muestran efectivos en la prevención de daños al hígado por la ingestión de disolventes y de otras toxinas. Como remedio de uso prolongado, los tes de la planta son beneficiosos para los que tienen cirrosis.
La silimarina se absorbe mal en el sistema digestivo, de manera que esta medicina es más efectiva cuando actúa a través de la piel. Sin embargo, las dosis concentradas que debe tener el té no producen reacciones adversas. Como tratamiento para las úlceras de las extremidades y de las venas varicosas se aplican los frutos pulverizados en una compresa.